Esta vez, Cristina (aka Waay Hu) nos escribe desde San Luis Potosí hablándonos de cómo el hooper cambió su vida positivamente y ha hecho que su vida sea ahora más saludable y con menos ansiedad y stress.
Hola Hoopers. Mi nombre es
Cristina Juárez González, tengo 24 años y soy de Rio Verde, San Luis Potosí, México.
Es una ciudad de la Zona Media del Estado, conocida por su paraje turístico “La
Media Luna”. He vivido toda mi vida aquí pero, como todos, tuve ganas de
conocer otros lugares y emprendí la aventura hacía la capital, donde la
diversión y el cotorreo me llevaron a conocer los festivales de música
electrónica y enamorarme del Hula Hoop. Hace 2 años y medio que decidí por
primera vez manipular un objeto con mi cuerpo, nunca había hecho ejercicio ni
sido muy saludable, fue así cuando por primera vez me enfrenté al reto de
vencer los limites de la vida sedentaria que había llevado.
De la mano del internet comencé a buscar información y ver videos de cómo hacer hulas. Me hice un aro de manguera y empecé con tutoriales en Youtube de Moises Olmedo y Esmeralda García hasta que comprendí qué me faltaba. Finalmente, después de 3 semanas de no rendirme logré mantener mi aro en la cintura y comenzó la divertida odisea. Como mi pueblo es muy pequeño, no había movimiento hooper. Convencí a mi mejor amiga que empezará a jugar conmigo, y cada dos días íbamos a jugar a un parque cerca de mi casa atrayendo la atención de la gente, eso hizo que más chicas se empezaran a interesar en el hula y el grupo de hoopers empezó a crecer (ahora somos 5). Con el tiempo aprendimos más trucos y junto con mi amiga empecé a asistir a las fiestas locales con nuestros hulas, a perder el miedo a las miradas de los espectadores, y a darles a las fiestas un toque diferente con nuestro arte.
De la mano del internet comencé a buscar información y ver videos de cómo hacer hulas. Me hice un aro de manguera y empecé con tutoriales en Youtube de Moises Olmedo y Esmeralda García hasta que comprendí qué me faltaba. Finalmente, después de 3 semanas de no rendirme logré mantener mi aro en la cintura y comenzó la divertida odisea. Como mi pueblo es muy pequeño, no había movimiento hooper. Convencí a mi mejor amiga que empezará a jugar conmigo, y cada dos días íbamos a jugar a un parque cerca de mi casa atrayendo la atención de la gente, eso hizo que más chicas se empezaran a interesar en el hula y el grupo de hoopers empezó a crecer (ahora somos 5). Con el tiempo aprendimos más trucos y junto con mi amiga empecé a asistir a las fiestas locales con nuestros hulas, a perder el miedo a las miradas de los espectadores, y a darles a las fiestas un toque diferente con nuestro arte.
Sinceramente para mí el Hula Hoop
es la mejor manera de expresarme, de liberar el stress de la rutina. Es lo que
me hace sentir libre y feliz, si alguien hace 5 años llegara y me dijera que algún
día yo sería tan feliz como soy ahora, me reiría a carcajadas. Al día de hoy
puedo decir que soy una prueba latente
que cuando una mujer decide tomar las riendas de su vida y ser saludable se
puede lograr. Sin duda gracias al Hula Hoop, he conocido virtualmente a muchos
hoopers que con amabilidad comparten su conocimiento y me inyectan inspiración
para ser mejor cada día. En la actualidad formo parte de la Academia Quetzal
Estudio, un pequeño grupo de danza y performance conformado por bailarines de
jazz, animadores, porristas, aerial hoop y danza aérea en telas, realizo
pequeños workshops con los estudiantes de manipulación y dominio del aro y
espero próximamente impartir un taller de básicos de manipulación. Soy asistente dental y procuro practicar
diario en mis ratos libres. Cuando un truco se me dificulta me aferro hasta
conseguirlo, no importa lo que haga. Si tengo tiempo disponible y mi aro cerca
no dudo en tomarlo y ponerme a jugar. Soy
una amante apasionada de los visuales, isolations y sus variaciones, breaks,
wedgies, larga lista jeje…
El Hula Hoop me ha enseñado que
la paciencia y la constancia nos hace llegar al éxito, es una disciplina disfrazada
de juego en la que conforme más control tienes al manipular tus hulas más
dificultad quieres. El Hula cambió mi vida: perdí peso, ansiedad y gane amigos
y mucha felicidad. Nada se compara con sentir esa libertad al girar. Amo ser
parte de la comunidad hooper mexicana y espero algún día estar a la altura de
las grandes representantes de nuestro país. Les agradezco el espacio y espero
por ahí alguien se haya sentido identificado con mis palabras, les mando un
saludo y mucha vibra hooper para todos los lectores, sigan hoopeando que nada
ni nadie los detenga .
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Cuéntanoslo todo.