jueves, 24 de marzo de 2016

Chakras y hooping.

Hola a todos y a todas.

Hace mas de 24 años que estuve por primera vez en un ashram hindú en el sur de La India realizando mi

primera formación de yoga. Al pensar en ello, recuerdo la devoción hindú por el conocimiento de los chakras, la importancia que les da el yoga y la filosofía Védica acerca de ellos.

Hoy vamos a hablar de los chakras y vamos a descubrir cómo estimular este sistema con el hula. Los chakras son 7 centros energéticos que recorren alineados el eje central de nuestro cuerpo y son responsables en diferentes niveles de nuestro estado físico, emocional y mental.



Bailar es una celebración a la vida, una celebración de nuestro presente y al hacerlo con el hula hoop generamos sensaciones y emociones que son sobretodo placenteras. Al realizar una rutina en la que el aro pase por todas las partes de nuestro cuerpo y en la que seamos conscientes de la estimulación de los chakras podemos decir que es tamos realizando rutina terapéutica con el hoop. Qué bien ¿no?


  • Muladhara o primer chakra: Para activarlo hay que girar el aro en las piernas, justo por debajo de nuestros glúteos. Al estimular este punto, se trabajan emociones como la seguridad y sentimiento de energía vital.
  • Swadisthana o segundo chakra. Cuando trabajamos la zona baja del vientre por debajo del ombligo se despierta la energía de creatividad y deseos.
  • Manipura. Éste se encuentra en la zona superior del abdomen, ese es lugar donde reside el poder de la expansión y la voluntad.
  • Anahata. Cuando hacemos breaks a la altura del pecho estímulamos el chakra del corazón y la zona pulmonar en el cual residen emociones como el amor y los sentimientos de compasión.
  • Vishuda. Al girar el aro en el cuello estimulamos este chakra el cual facilita la comunicación verbal e intrapersonal.
  • Agna Chakra. Estimulado al girar o balancear el aro en la frente. Activar este chakra ayudará a despertar tu intuición.
  • Chakra de los mil pétalos. Al bailar con los ojos cerrados, encerrados en el momento y dejándonos llevar, sin pensar tanto en lo que estamos haciendo entramos en un estado de meditación activa y conectamos con la danza y como dijo el gran maestro OSHO: “La danza se convierte en el danzante y el danzante en la danza”, es ahí cuando conectamos con el todo, cuando danzamos en la naturaleza sintiéndonos uno con lo que nos rodea. En ese momento estamos activando el chakra de los mil pétalos el cual nos hará estar en la realidad absoluta.

Además de estimular sentimientos y emociones al pasar el aro por los puntos energéticos mencionados arriba, también podemos utilizar el estímulo para mejorar el estado de nuestros órganos. Al girar el aro se envía más sangre a la zona donde se gira el hoop y se fortalecen los músculo que rodean dicho órgano. Hay que recordar que esta protección es preventiva y no correctiva, o sea que ayuda a prevenir. En determinadas enfermedades hay que consultar a un especialista antes de realizar algún movimiento para que no nos lastimemos más.

En resumen, cada parte de nuestro cuerpo se encuentra conectado con los siete chakras y estos a la vez crean una conciencia diferente y complementaria para estar en sintonía con el cosmos y con nosotros mismos.


Seguridad, creatividad, expansión, amor, comunicación, visión interna y conexión con lo divino. Todo eso y más podemos trabajar por medio de la activación de chakras mientras bailamos con los hula hoops.

Namaste Hoopers!

Que significa” Me inclino ante vosotros reconociéndoos como seres divinos (danzantes) y la oportunidad de sentir la alegría de la danza y expresando dicho entusiasmo a los que nos observan para expandir celebración y agradecimientos por estar vivos” .OMMMM.


viernes, 18 de marzo de 2016

Soy hooper de: Veracruz.

Así como cada hooper tiene una historia, cada ciudad tiene una esencia y un espíritu hooper diferente. Seguro tod@s conocemos un spot ideal donde ir a jugar o entrenar hula, sol@ o con los amig@s; conocemos personas que también practican y diariamente vivimos el amor por el hup. En el Blog de Hooping México nos hemos dado a la tarea de acercarnos a ti para que nos cuentes cómo se vive el hooping en tu ciudad y sepas cómo se desenvuelve la comunidad hooper en donde vives.

Esta vez Reneé Xicia- quien vive en Xalapa, Veracruz- nos cuenta su historia y cómo se vive el hoop en donde vive.


Mi nombre es Reneé Xicia, tengo 25 años y vivo en la ciudad de Xalapa, Veracruz y llevo 5 años jugando con el hula. Desde aquella vez que una amiga me prestó su aro y “me giro” fue que empecé a practicar con él. Aprendí viendo vídeos en internet, regresando y pausando para ver cómo era el movimiento (en ese momento escaseaban los tutoriales) *****¿Puedes creer que hasta en hooping.org habían sólo como 10 tutoriales?**** y practicando constantemente. He enseñado a varias amigas y amigos que me han pedido, algunas veces de manera gratuita.

Sinceramente, a diferencia de la capital del país, no veo un gran movimiento de hula. Se de amigos (as) que dan talleres, incluso yo misma he dado un par de veces, pero no se organizan eventos como “Huladicción” o alguno similar donde se reúnan a compartir y aprender trucos. A veces entre amigos se juntan pero no es algo constante.


Yo soy de Chetumal, Quintana Roo y por ahí del 2011 di talleres en mi ciudad natal. Ahí una chica se ha encargado de difundirlo más en la ciudad. Durante el tiempo que di clases también vendí hulas que yo misma fabricaba con material sencillo (poliducto) o los enseñaba a elaborar su propio aro para que lo adornaran a su gusto.


Aparte de los talleres también iba al semáforo de vez en cuando, para apoyarme con cosas de mi escuela o para mí. Estaba de una a dos horas a lo mucho. Ahí me llegaron a salir algunos trabajos presentando algún número en escuelas y eventos.



Actualmente, Reneé da clases en el Centro cultural Andanzas los martes de 5:30 a 7:30





¿También te gustaría contar cómo se vive el hoop en tu ciudad? Contáctanos por facebook o dejando un comentario abajo de esta entrada :)

lunes, 7 de marzo de 2016

Hoop que ayuda: Hulaterapia

¿Sabías qué a través del hooping puedes brindar un servicio de utilidad social?
La siguiente crónica se basa en una experiencia en la cual el hooping es utilizado como una herramienta de integración social para los niños y familias de escasos recursos.  
 En el año 2015 tuve la oportunidad de trabajar en una Institución de Asistencia Privada (IAP), impartiendo clases de hula hoop para niños y jóvenes con riesgo de calle, violencia intrafamiliar y escasos recursos. Uno de los objetivos de esta IAP, era concientizar a los niños y jóvenes sobre las consecuencias del riesgo social mediante de talleres artísticos y deportivos. El riesgo social es el conjunto de carencias sociales que padecen los niños al interior de su hogar; desintegración familiar, alimentación precaria, falta de atención a la salud y educación. Junto con la institución establecimos objetivos para una campaña de prevención y lo siguiente fue diseñar un programa de clases de hula hoop que se ajustara a las metas establecidas- así fue cómo surgió el taller de Hulaterapia.  
En principio el taller de Hulaterapia estaba enfocado en hacer que los niños se divirtieran y que entendieran la importancia de la disciplina. Durante el taller, hubo un par de experiencias que me hicieron reflexionar acerca de mi trabajo como tallerista y me diera cuenta que éstos niños necesitaban más que disciplina y diversión; necesitaban cariño, palabras de aliento y muchísima atención. Las vivencias que me ayudaron a llegar a esta reflexión y replantear mis objetivos como tallerista son las siguientes:        
En mi grupo había tres hermanos, el más chico, que tenía 3 años me esperaba muy puntual porque sabía que ocasionalmente llevaba comida para mí y siempre terminaba compartiéndola con los alumnos. En una ocasión le pregunté si había comido. El pequeño me dijo sonriendo: “Ni comido ni desayunado maestra”. Esto me llevó a pensar lo difícil que debe de ser para un niño prestar atención a una clase sin tener alimento en el estómago. 
En otra ocasión, una alumna de  doce años, lucía distraída, cansada y desganada. Cuando alguien en mi clase tenía ese comportamiento solía llamarle la atención para que se enfocara, sólo que esta vez decidí esperar a terminar el taller para preguntarle qué le pasaba, ella me dijo que por la tarde tuvo su primer período y su madre no tenía dinero para comprarle toallas sanitarias. 
Situaciones como esta hicieron de mi taller un reto, pues además de impartir clases, trataba de descifrar a qué tipo de problemas se enfrentan tus alumnos y eso es muy difícil. 
  Convencer a los niños y los papás de creer que el hula hooping aparte de formarlos como bailarinas y malabaristas, ayuda a formar niños sanos, felices y por tanto protagonistas de su propio desarrollo parecía en principio misión imposible. Fue  después de unos meses, a través de la Institución de Jóvenes Mexicanos en Fraternidad, logré un espacio  para presentar un acto de hula hoop con los niños en las tradicionales Fiestas del Pitic de Hermosillo. El mes previo al evento yo era un manojo de nervios, que pese a todo logró convencer a los niños de entrar a una dinámica de disciplina. El resultado fue una ejecución sobresaliente en la función. Claro que no todo fue miel sobre hojuelas, sus tutores no acudieron a la presentación y eso me dejó un poco decepcionada.
Con los niños de mi lado (ya más participativos) propuse la participación del grupo en el World Hoop Day 2015. Después de nueve meses de hooping con los niños, conocía algunas mamás quienes ya tenían varias semanas husmeando en clases. La forma en la que las mamás se involucraron fue muy particular, en su mayoría éstas familias no tienen aire acondicionado para apaciguar las altas temperaturas del verano hermosillense, que oscilan entre los 40° y 47° C, entonces  las mamás decidieron acompañarnos en la clase debido al aire acondicionado que teníamos en el salón. Las altas temperaturas y el clima artificial en el salón conspiraron a mi favor e hicieron que estas mamás se involucraran un poco más en la vida e intereses de sus hijos. 
Aprovechando el interés, decidí platicar con ellas acerca de la importancia de esta presentación para sus hijos. Ante lo sucedido anteriormente y la falta de interés de los tutores hacia los niños, fue una sorpresa para mí ver que la mayoría de las mamás asistieran a la junta y se comprometieran ayudar con el vestuario a pesar de sus limitaciones económicas. El día de la presentación, cuando estábamos preparándonos en camerinos, empecé a entrar en un estado de alegría y satisfacción al ver como el programa de Hulaterapia cumplía uno de sus principales objetivos: integrar a las familias. 

 Creo que nunca tendré palabras para describir la sensación de éxito cuando me di cuenta que aparte de tener un grupo de hoopers, tenía niños orgullosos -sin ese sentimiento de subordinación que los caracterizaba- trabajando en equipo y sobre todo con la esperanza que la vida puede ser una bonita aventura.
Mi pasión por el hooping me llevó a darme cuenta de que su práctica puede aportar un granito de arena para mejorar la situación de mi comunidad y a saber que con dedicación uno no sólo puede ser una gran Hooper si no un agente de cambio.  
Ahora les dejo una interrogante de introspección:
¿Tienes posibilidades de aportar algún beneficio a través del hooping, o sólo estás angustiado por perfeccionar ese difícil truco de aislamiento?
 Siempre lista para servir…

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